Luego un paseo por Palencia. Y, ya por la tarde, la presentación de los grupos de trabajo.
Finalmente, nuestras dos excelentes guías, Ester y Elena, nos tenían preparada una sorpresa. Elaboraron su propia presentación consistente en recoger a través de imágenes esos momentos especiales de la ruta, por ejemplo, el que se queda durmiendo con la boca abierta y en extraña postura.
Y como no, la evaluación final de toda la actividad.
Una vez terminada la jornada, descanso. Los profes, guías y coordinador nos fuimos a ver al Cristo del Otero, desde el imponente mirador donde pudimos observar toda la ciudad.
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